Hay que tener en cuenta básicamente dos cosas si son frescas o secas.
Si son frescas: Se deben limpiar con una brocha o papel húmedo, se retirará elementos como tierra, piedras, restos de madera, etc. No lavar en grifo o abundante agua ya que pierden aroma y sabor. Para conservar tápese con papel film. Congelar al vacío preferiblemente.
Si son secas: Si son deshidratadas, meter en agua durante unas horas en agua fría, cuando estén hinchadas se sacan con cuidado para dejar en el fondo restos malintensionados. Esa agua no se bota, se cuela y se usa gracias a las sustancias hidrosolubles del producto. Guardese en el empaque, sin aire y luz.
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